domingo, 5 de junio de 2016 - Escrito por: José Sáenz

Para no volver a darle a los ladrones la llave de la despensa. Sin odio. Con sentido común, nomás.

Hasta podemos perdonarlos _cristianamente_ por sus delitos o «errores», sin que eso nos obligue a renunciar a nuestro sentido común.

Aviso de servicio público:

Para tomar la decisión de no volver a darle a los ladrones la llave de la despensa, no hace falta sentir odio, sino sólo tener dos dedos de frente.

Hasta podemos perdonarlos cristianamente por sus delitos o “errores”, sin que eso nos obligue a renunciar a nuestro sentido común; ni que a ellos los libre de su deber de enfrentar a la justicia.

O, digamos que la banda de los Destructores cumplen una condena y salen de la carcel. Eso les daría derecho a reinsertarse en la sociedad. Hasta podrían formar un partido político y postular a las elecciones.

No obstante, no por eso estamos obligados a votar por ellos. A lo único que nos obliga es a soportar verlos en la cédula.