sábado, 23 de octubre de 2004 - Escrito por: José Sáenz

Una raya más a la prensa

«la publicación de una historia de investigación es un acontecimiento en sí misma y normalmente introduce, agrega o revive un tema en la agenda mediática. De esta manera, no hace más que enriquecer el debate público, agregándole temas y argumentos»

O la utilidad del copy&paste

La mayor parte de las citas que aparecen a continuación corresponden al conversatorio ¿La prensa se está pasando de la raya? organizado por el Instituto Prensa y Sociedad.

Tiene razón Cecilia Valenzuela cuando dice que los parámetros del periodismo de investigación no tienen por qué cambiar cuando se pasa de una dictadura a la democracia. El periodismo debe seguir denunciando la corrupción donde la encuentre, cuando la encuentre.

Pero no debe buscarle los tres pies al gato ni desperdiciar la libertad de prensa que nos pertenece a todos en temas inútiles. Gustavo Gorriti lo anotó: “el periodismo en general y el periodismo de investigación en particular en el Perú ha descendido notablemente en calidad”. Nos queda: enmendar el camino.

Para hacerlo, resulta útil identificar el problema. El psicólogo Roberto Lerner ha logrado hacer una buena descripción: “Los periodistas peruanos, la mayoría por lo menos, viven tratando de repetir lo ocurrido la noche del 14 de setiembre de 2000. Todos quieren presentar el video de gracia, la estocada final a un gobierno. Un programa político o una portada que no sean una bomba, no son, ontológicamente hablando. Dado que todos compiten por ello, es poco probable que estén presentes la paciencia, la minuciosidad, el acopio riguroso de información, el cruce de datos, la valentía para correr riesgos, la creatividad para meterse en lugares supuestamente fuera de límites, que son indispensables en las buenas y grandes investigaciones periodísticas. “ (Perú.21 - Martes, 12 de Octubre de 2004).

Pero no es sólo culpa de los periodistas, aunque seamos los primeros responsables. Está la fuerza de la costumbre. Que nos da la pista para rastrear las raíces del problema un poco más atrás. Todas las herramientas periodísticas que manejan quienes ejercen el periodismo vienen formateadas por el pasado. Sus fuentes de ahora, son las mismas que usaron antes para combatir la dictadura. El final de esta no significó un pase mágico que ajustara todo a las nuevas circunstancias.

Pero, una vez identificada la raíz, toca hacer el esfuerzo de adaptarnos. Reaprender el oficio. O volver a especializarse y buscar nuevas fuentes. O abrir nuevos campos, darle importancia a aquellos que estuvieron relegados, para que sean explotados por gente nueva.

Una democracia no es la oportunidad para bajarse un gobierno en libertad. Es la oportunidad de aprovechar la libertad para ir en busca de otros bienes ya que la libertad está ganada. En ese sentido deberíamos entender a Mirko Lauer, aunque él no lo haya querido decir así, cuando dice que el periodismo “por lo menos debe tener un sentido del propósito que se adecue a los tiempos”.

No creo estar malinterpretando a Ricardo Uceda, si digo que a esto se refiere cuando dice que los periodistas deben manejar una agenda propia, independiente. Él mismo afirma que el principal rol que tenemos es el de darle al ciudadano toda la información necesaria para que participe en política.

Muchas veces la realidad es mucho más amplia de lo que la estructura de un programa periodístico o el planeamiento de los editores de un medio escrito permite ver. Hace falta que el periodismo de investigación ilumine otras áreas.

Último copy&paste: El periodista uruguayo Darío Klein afirma que “la publicación de una historia de investigación es un acontecimiento en sí misma y normalmente introduce, agrega o revive un tema en la agenda mediática. De esta manera, no hace más que enriquecer el debate público, agregándole temas y argumentos”.